viernes, 16 de agosto de 2013

LA TRAVIATA en puesta escénica de Gustavo Tambascio (nota de hoy en Página 12)


espectaculos
Viernes, 16 de agosto de 2013


MUSICA › LA TRAVIATA ABRE LA TEMPORADA LIRICA DEL TEATRO ARGENTINO DE LA PLATA

Giuseppe Verdi en el Mayo Francés


Gustavo Tambascio propone una versión que se desarrolla en la París de 1968, con una Violeta Valéry imaginada como una Ava Gardner y un Alfredo que escucha rock y anda en moto.

Por Santiago Giordano
Cuando, en febrero de 1852, Giuseppe Verdi eligió como sujeto para una nueva ópera un texto que había causado impacto por su argumento escandaloso para los cánones sociales de la época quería, entre otras cosas, hablar del presente. “Otro no lo hubiera hecho, por las costumbres, por los tiempos y por otros mil torpes escrúpulos... Yo lo hice con mucho placer”, escribía el compositor en una carta a su amigo Cesare De Sanctis en enero de 1853, pocos meses antes del estreno en Venecia de La Traviata, el melodrama en tres actos con libreto de Francesco Maria Piave, basado en La dama de las camelias, la novela de Alejandro Dumas (hijo).
Aun si la censura veneciana había sido bastante tolerante con el Verdi de Ernani y de Rigoletto (un jorobado protagonista en escena no se correspondía con el buen gusto en el que querían reflejarse las plateas de la época), en esta oportunidad resultó más decidida a poner límites: primero cambió el título propuesto por los autores, Amore e morte, por el acaso más suculento de La Traviata (La extraviada), tal vez para advertir que la protagonista del drama es una prostituta; además, tardó varios meses en decidir si permitiría o no la ambientación en su propia época, con vestidos modernos. No lo permitió: a tres semanas del estreno, la censura finalmente decretó que la acción debía ser trasladada a la época de Luis XIV, unos doscientos años antes, anulando así el efecto que podía producir la contemporaneidad de una acción en la que los espectadores podrían haberse reconocido.
Sobre el juego de los deslizamientos temporales, tan caro a los puestitas de ópera actuales, Gustavo Tambascio propone una versión de La Traviata que se desarrolla en la París de 1968, la del Mayo Francés. Una historia en la que Alfredo es un joven con ideales para un mundo mejor y Violeta una diva en el ocaso que lanza sus últimas bengalas. En el medio, acaso como en la versión original, la burguesía, sus opulencias, sus debilidades y sus prejuicios. Con nueva producción de la ópera de Giuseppe Verdi, hoy y mañana a las 20.30 y el domingo a las 17, el Teatro Argentino de La Plata comienza su temporada lírica y celebra al compositor italiano en el bicentenario de su nacimiento. La Traviata se repondrá el viernes 23 y sábado 24 a las 20.30 y el domingo 25 a las 17. Las entradas, desde 30 pesos, pueden adquirirse en las boleterías del teatro o por TuEntrada.com. Desde Capital Federal se habilitará un servicio de ómnibus que partirán desde la Casa de la Provincia de Buenos Aires, Callao 237, dos horas y media antes del inicio de las funciones.
“Traté de despegarme de todos los clichés que arrastra una ópera tan popular”, advierte Tambascio al comenzar la charla, y cuenta que lo primero que se escucha en su puesta no es la música de Verdi. “Lo primero que se escucha es una versión rock, que es la música que habitualmente escucha Alfredo, de un aria de la soprano –explica–, pero interpretada por una voz de culto en Europa, una cantante de origen peruano que se llama Sara Van. Esto fue producido especialmente para esta puesta. En esta primera escena estamos ante otra cosa, que luego, con el correr de la acción, se resignifica como la visión de Alfredo a través del tiempo. Es el comienzo de un flashback desde un momento que sucede mucho después de la muerte de Violeta, en el final de la ópera.”
Además de la régie de Tambascio, La Traviata del Argentino contará con la dirección musical de Pedro Pablo Prudencio, al frente de la Orquesta y el Coro Estable (preparado por Esteban Rajmilchuk); la escenografía es de Leonardo Ceolin, el vestuario de Martín López y la iluminación de Horacio Efron. El reparto de cantantes alternará dos elencos, encabezados por las sopranos Paula Almerares (que actuará el 16, 18, 23 y 25) y Florencia Fabris (17 y 24), en el rol de Violeta Valéry, una muchacha de gustos ligeros, tos y libertades contrastadas; los tenores Orlando Niz (16, 18, 23 y 25) y Santiago Ballerini (17 y 24) encarnarán a Alfredo Germont, un muchacho de buen corazón, puntual, pero de mala suerte. Los barítonos Fabián Veloz (16, 18, 23 y 25) y Ernesto Bauer (17 y 24) actuarán como Giorgio Germont, padre del buen Alfredo; las mezzosopranos Victoria Gaeta (16, 18, 23 y 25) y Roxana Deviggiano (17 y 24) como Flora Bervoix, la amiga de Violeta; los tenores Patricio Oliveira (16, 18, 23 y 25) y Maximiliano Agatiello (17 y 24) como Gastón, vizconde de Letorières, amigo de Alfredo; el barítono Sebastián Angulegui como el Barón Douphol, protector de Violeta y buen pagador. Los bajos Sebastián Sorarrain (16, 18, 23 y 25) y Alberto Jáuregui Lorda (17 y 24) encarnarán al Marqués D’Obigny, amigo de Flora; los bajos Juan Pablo Labourdette (16, 18, 23 y 25) y Víctor Castells (17 y 24) como el doctor Grenville, fiel cumplidor del juramento hipocrático; las sopranos Rocío Arbizu (16, 18 y 25) y Claudia Casasco (17, 23 y 24) como Annina, la camarera de Violeta; los tenores Maximiliano Agatiello (16, 18, 23 y 25) y Ricardo Franco (17 y 24) como Giuseppe, el servidor de Violeta; Leonardo Palma, como un criado de Flora, y Hernán Vuga, como un mensajero.
Parte de lo que se conoce como “la trilogía popular de Verdi” (junto a Rigoletto e Il Trovatore), La Traviata es uno de los títulos más celebrados del repertorio lírico, una vigorosa muestra de bel canto que a lo largo de miles de representaciones y cientos de grabaciones en todo el mundo se ha convertido en una especia de fetiche para muchos iniciados en la lírica. “En esta puesta, Alfredo es un joven de 24 años, un estudiante rebelde del Mayo Francés y su referencia musical es el rock –continúa Tambascio–. Cuando empieza el preludio, en una pantalla de led que hay en escena vemos una enfermera que prepara una jeringa, mientras pasan imágenes de tapas de revistas que en sus títulos comentan el estado de salud de Violeta Valéry.”
Violeta Valéry bien podría ser la Callas o alguna otra diva de la ópera, protagonistas de vidas agitadas y por años también en el centro de la atención chismográfica. “Creo que en mi cabeza esta Violeta es más Ava Gardner, sobre todo pensando en la relación que tuvo con un mucho más joven que ella Daniel Mendoza, cuando era su secretario”, asegura Tambascio y continúa: “Cuando tenía 14 años yo le mandé una carta a Ava Gardner en la que le pedía por favor me llevase a vivir con ella. No lo hizo, claro, pero tuvo la amabilidad de mandarme una foto autografiada de la película 55 días en Pekín, con escrito algo así como ‘La señora Gardner agradece sus conceptos’, firmado: ‘Ava’s Secretary’, su secretaria o su secretario. Por eso me gustó tomar esta traviata desde ese lugar: los años ’60, que tienen que ver con mi adolescencia, con mi pasión por Ava Gardner, mi iniciación en la ópera y sus divas”.
Para el régisseur, el Mayo Francés funciona también con el límite de una época más allá de lo que disparan sus pasiones personales. “Violeta es una mujer amada y adorada en la alta sociedad, en el jet set de su época –continúa–; y ya en el final de sus días de pronto tiene un tiempo de sobrevida, animado por la presencia de este Alfredo. Esta podría ser la metáfora de un orden que se acaba, un período que se cierra con la irrupción en la Historia del Mayo Francés. En el tercer acto, donde ella está ingresada en el Sanatorio Americano de París, vemos detrás a los estudiantes marchando por las calles, pintando los muros y panfleteando. Violeta es una gran estrella, pertenece a un mundo en el que el barón Douphol bien puede ser Aristóteles Onassis, por ejemplo. Y Alfredo es el joven que con su vigor erótico y su desfachatez, la saca a ella de ese mundo rancio y de hastío, por un momento.”
Una escena en una discoteca, paparazzi que persiguen a la diva, esculturas de Giacometti y pinturas abstractas en casa de Violeta, imágenes de Alfredo en moto por las calles de París –que se complementan con la aparición de la moto en escena– y vestuarios inspirados en modistas como Chanel o Paco Rabanne, son otros rasgos que precisan una idea de época. “También hay un striptease en escena, que no es total –anticipa Tambascio–. Ese es otro fenómeno propio de los años ’60. Enseguida se recuerda al de Nadia Grey, en La dolce vita. Entonces se había puesto de moda y los ricos contrataban gente para eso.”

martes, 13 de agosto de 2013

fb: La televisión es la inspiración

Norman Bates/Anthony Perkins o viceversa 

El siguiente post reproduce una nota que Frank Hartmann, filósofo austríaco contemporáneo, autor del libro "Medienphilosophie" (Filosofía de los medios *), diera a la revista Der Spiegel en octubre de 2010. 

“La televisión es la inspiración” (Andy Warhol).

Las redes sociales y en especial fb, representan la meca de la autorrepresentación para aquellos que no son figuras públicas. Con fotografías estilizadas y palabras hilvanadas sin sentido, nos creemos irresistibles y convencidos de que el resto del mundo tiene interés en nuestra microscópica existencia. Online somos de pronto mucho más inteligentes, lindos y excitantes.Nuestra identidad es hoy más virtual que nunca. Ponemos nuestros deseos y anhelos en un motor de búsqueda con el objetivo claro de obtener reconocimiento y somos celosos y envidiosos de la vida de los demás. Nuestras propias denuncias, sueños y temores que colgamos todos los días en la web, son la forma de reinventarnos a diario y la puerta a evadir el tedio propio. A cambio, recibimos constantemente estímulo de la red. Los límites entre lo real y lo virtual están disueltos. Nuestras pistas están ya  en todas partes y al alcance de todos, espejándonos ante los ojos cuán patética y esquizofrénica es nuestra adicción a los medios de comunicación social.

Quien siempre ha querido hacerse una imagen de la vida interior de un nosocomio, necesariamente debiera tener una cuenta en fb. Obviamente, en fb no hay más delirantes que en la vida real, pero resulta que en esta red social parecieran habitar todos ellos en jauría porque fb los hace más visibles e identificables. Sin embargo, aquellos que toman literalmente la pregunta “qué estás pensando?” y suben frases célebres o ejemplarizantes o quienes fotografían el almuerzo, o su gato o confunden la red con la costumbre de llevar un diario, esos son los menos y no tienen nada que ver con un caso de diván, amén de que su striptease es voluntario. 

Fb, más bien está poblado por esos individuos que a falta de una vida privada rica y agradecidos de las múltiples posibilidades de posicionamiento personal que les ofrecen las redes sociales, compensan allí sus propios complejos y contradicciones a todo precio y siempre dispuestos a tirar cualquier atisbo de razón por la borda. El auténtico y clásico “fb-Psico” deambula entre Dr. Jekill y Mr. Hyde,  dos personalidades antagónicas que pone en juego adictivamente según le convenga, a veces incluso a través de varias identidades como elemento imprescindible para publicar sus monólogos en forma de un disimulado diálogo consigo mismos del que sin lugar a dudas tendrán la garantía de salir airosos. Verdaderos soldados cibernéticos en combate, capaces de mostrarse ejemplares en un post, simpáticos, sensibles o altruístas en otro, sorprenden en uno siguiente borrando con el codo lo que vienen tecleando a cuatro vientos. Por lo general no apuntan al diálogo o al intercambio, sino lisa y llanamente al detrimento del opuesto, lo que va desde un “si pensás tal cosa o estás de acuerdo con tal otra, copiá mi post”, (sutil discriminación), hasta ignorarle el resto de sus más elementales derechos con el único objetivo del autoelogio y la popularidad face. Parientes, amigos y amigos de amigos son el enemigo, pero de alguna forma no quieren dejar de pertenecer. El único objetivo es celebrarse a sí mismos. El blanco es todo aquél que pueda poner su dicotomía en evidencia, contradecirlos y en definitiva, devolverles su imagen real. El fin justifica los medios para aniquilar al estorbo. Así, envalentonados siempre desde la impersonalidad y distancia de una pantalla y el aplauso de al menos un ME GUSTA, terminan convencidos de que el resto del mundo está interesadísimo en su inexistencia y de poseer una importancia mediática sin precedentes. En esta inagotable tarea, adoptan patéticas estrategias de autoayuda cuando desde su delirio de “nadies en desconsuelo” se creen llamados a enviar su solidaridad a víctimas de hechos climáticos, accidentes aéreos, catástrofes múltiples o simplemente escribir cartas abiertas o respuestas públicas a un determinado grupo o sujeto al que curiosamente nunca se las envían o manifiestan directamente, sino en forma masiva a través de su cuenta. La comunicación no es precisamente el objetivo de fb y mucho menos el de estos usuarios, sólo se trata de un realitydecadente, embrabuconado tras la adhesión de adeptos que les otorgan la definición de sí que están buscando. Necesitamos del otro para ver nuestra imagen reflejada en el espejo?.

Claro, si en el mundo siempre hay guerra, y lo mediático y escandaloso resulta hoy mucho más potente que la sensatez, entonces, por qué no también en fb? El problema es que aquí la división entre realidad y ficción se queda invariablemente corta. Los miembros no se ven a sí mismos como simples usuarios de fb, sino como valientes soldados cibernéticos, los reconforta sentirse parte de una inexistente unidad de combate en estado de alerta permanente, desarrollando una cruzada sin descanso contra todo aquello que los interroga. El ex, el cuñado, la vecina, el colega, el jefe, el político, la fé o el equipo de fútbol, cualquier diferencia basta para desatar un acoso de paleta amplia, desde la simple descalificación, la injuria o el improperio, llegando al acoso laboral, la violación de la privacidad, la discriminación de género o lo que venga. Todo es obviamente válido, aún cuando el “Fb-Psico” suela manifestarse contrario a todos estos atropellos y exija para sí aquello que le niega a su oponente de turno.

Fb es y permanecerá un panóptico en el que cada uno busca la aprobación del otro. Tarde o temprano todos encuentran su lugar, pero a la larga o a la corta muchos terminan creyéndolo la vida real.
Esto resulta evidente cuando personas adultas pasan a considerar amistades o alejamientos una cuestión de Estado y al mismo tiempo uno de ellos tiene la posibilidad de armarse una segunda vida como artista aún sin obra.
Naturalmente, es una decisión de cada uno si en su tiempo libre o no libre riega las plantas del balcón, hace cerámica, practica deportes o desarrolla su propio freakshow en fb. 
Sobre esto último, en principio no hay nada que objetar. Al contrario, se podría decir que para quienes aún tienen los pies sobre la tierra, fb concede una imagen única de los abismos de la psiquis humana, lo que sin lugar a dudas representa un enriquecimiento a nuestro conocimiento del mundo en que vivimos. Freud podría haber dicho: “ Fb te permite interactuar con los psicópatas fuera de tu mundo y hasta convertirte en uno de ellos”.

* A principios de los años 90s, hizo su aparición el término "Filosofía de los medios". Se lo emplea para definir el debate genuinamente filosófico que desde un enfoque cultural y político tiene que ver con los acontecimientos de las diversas tecnologías de procesamiento de información (incluyendo audiovisuales y digitales) desde mediados del siglo XX. 
 


viernes, 9 de agosto de 2013

El lunes 12 de agosto, el Programa de Formación de Dirección y Creación Escénica, inicia un CICLO DE ENTREVISTAS GRATUITAS ABIERTAS A TODO PÚBLICO

fotografía: Diana Sansano (TA)

Este lunes 12 de agosto, el Programa de Formación de Dirección y Creación Escénica, iniciará un ciclo de entrevistas públicas de entrada libre y gratuita que continuará hasta fin de año. El objetivo, no sólo es difundir y dar a conocer la obra de diferentes artistas del espectáculo nacional e internaconal, sino promover el acercamiento entre público y artista e indagar y profundizar la discusión sobre el rol del artista contemporáneo, su responsabilidad con el Estado y la comunidad y al mismo tiempo, explorar la responsabilidad del Estado y la comunidad respecto del artista.
Nada mejor para iniciar este ciclo que hacerlo a pocos días de su estreno en el Teatro Argentino de La Plata, con la ópera "La Traviata", una obra que por su argumento y ambientación, sufrió el rechazo del público el día de su estreno hace 160 años, que no toleró un reflejo escénico tan directo de sus propias tragedias.  
Compuesta en tres actos por Giuseppe Verdi (Roncole 1813 - Milán 1901) y libreto de Francisco María Piave (Murano 1810 - Milán 1876), respetando la trama argumental de "La Dama de las Camelias" de Alejandro Dumas (hijo), la intensión de Verdi fue la de hacer una ópera de ambiente contemporáneo, de manera que al levantarse el telón los espectadores vieran sobre el escenario a personajes vestidos exactamente igual que ellos, personajes que podrían ser cualquiera de ellos para que la relación entre público y escena no fuese ni distante ni irreal, sino que el escenario se convirtiese en un espejo agudo de sus propios espectadores, lo que naturalmente provocó un escándalo y condenó el estreno al absoluto fracaso. 
Verdi eligió la tragedia relatada en "La Dama de las Camelias",  en la que Dumas le arranca la careta a la doble vida y moral de una sociedad privilegiada que pretendía ser reconocida como perfecta, justamente porque el relato se basaba en un drama real que contaba hechos vividos por su autor. El argumento habla de la relación de un hombre jóven de familia adinerada que vive en concubinato con una prostituta de lujo y como si esto no fuese poco: es feliz en esa situación. Eso ocurre a pesar de su entorno, hasta que la tuberculosis de ella (y en aquellos tempos, la enfermedad era considerada propia de quienes tuviesen una vida decadente y licenciosa) termina con el amor de ambos. 
La censura de su época, el conservadurismo y la intolerancia de una sociedad fisurada y cuestionada quebró al artista, que se vió obligado a reformarla y ambientarla en París, retrocediendo la acción en 153 años. Fue la única posibilidad para que el público no se sintiese aludido y también para que su obra pudiese ser representada.



El lunes 12 de agosto, entonces, los esperamos a las 19:30hs en esta primera entrevista pública al director de escena Gustavo Tambascio y a Leonardo Ceolín, responsable del concepto espacial de la puesta. 

Si bien este evento es parte del Programa de Formación de Dirección y Creación Escénica, por considerarlo de interés general, la entrada será libre y gratuita para todo público hasta agotar el cupo.
Los vales de entrada se comenzarán a entregar el mismo lunes 12 a partir de las 11:00hs y hasta las 19: 20 hs. 
Para quienes no conozcan el argumento de la obra y deseen participar de la entrevista, recomendamos leer  con anterioridad el libreto aquí:
http://www.kareol.es/obras/latraviata/acto1.htm
http://www.teatroargentino.gba.gov.ar/2013/opera_latraviata.html

domingo, 4 de agosto de 2013

"ARTE DEGENERADO". Material de discusión del PFDyCE. 5.08.13


Las ilustraciones a la izquierda,  representan al original y la traducción al español (al final) del afiche para la exposición de propaganda nazi "arte degenerado", inaugurada el 19 de julio de 1937 en Munich, que mostró cerca de 300 obras secuestradas a museos y artistas, presentadas caóticamente y con carteles que las ridiculizaban.

"ARTE DEGENERADO", fue la denominación con la que la política cultural del nacionalsocialismo difamó a los artistas precursores y al arte moderno de su época en favor del "arte heroico" con el que garantizaban la continuidad de lo clásico, es decir, donde garantizaban su conservadurismo y (al menos algunos de ellos) tener conocimientos al respecto.
Con el sello de "ARTE DEGENERADO" fueron injuriados, difamados, perseguidos y hasta destruídos artistas, obras y corrientes que no respondiesen a la idea de arte, estética y belleza de las ya limitadas ideas del  nacionalsocialismo.  Afortunadamente, la avaricia del régimen hizo que muchas obras en lugar de ser destruídas, fuesen vendidas al extranjero y con ello puedan ser hoy exhibidas en museos. 
Expresionismo, Dadaísmo, Nueva Objetividad, Surrealismo, Cubismo y Fauvismo al igual que sus creadores, fueron simplemente "extirpados" de la cultura por ser "los hacedores de una obra detestable",  y considerados "un grupo de incapaces desquiciados" ( en marzo de 1934, Joseph Goebbels logró definir con estas palabras su propia incapacidad y miedo a quedar en evidencia), para dejar así lugar a los partidarios, que demostraron ser irremediablemente mediocres en su mayoría, agradecidos de tener a cualquier precio y finalmente, la popularidad que jamás hubiesen obtenido con su obra. Pocos de ellos trascendieron, ya que los "artistas" del nazismo no produjeron nada representativo a su tiempo. Entre ellos se cuenta Leni Riefenstahl ("Triunfo del deseo"), quien prioritó su personalismo y posibilidades a toda conducta moral. Mientras que artistas y estilos del arte moderno eran prohibidos, el nazismo promovía todo aquello que fuese tradicional, conservador y nacional. Entre los perseguidos se encontraron Marc Chagall, Otto Dix, Max Ernst, Wassily Kandinsky, Paul Klee, Emil Nolde, Edvard Munch, Gustav Courbet, Viktor Ullmann, Theodor Adorno, Béla Bártok, Paul Hindermith, Arnold Schoenberg, Thomas Mann, etc., etc., etc..