fotografía de Irina Wernig
Según la „Teoría de la Evolución“,
la creatividad es uno de los elementos básicos que permiten el desarrollo del
Hombre. Si uno observa jugar a los chicos, se da cuenta que cada uno tiene un
potencial en creatividad tan diferente del otro como lo es el carácter, el
género o el entorno social de cada individuo. Este potencial, aumenta desde la
temprana infancia a la pubertad con extrema rapidez, y luego, en dependencia
estrecha con el nivel de educación, estudios, planes y experiencias vividas se
lentifica hasta desaparecer, porque ese potencial creativo ha madurado y se ha
agotado por completo.
Evidentemente, esta es la prueba que con el correr del
tiempo que va desde la educación en el marco de la familia, la escuela o la
universidad y hasta el entorno laboral, hay algo que ha estado funcionando muy,
muy mal en esa educación, porque sin la motivación de nuestro aspecto creativo, inventor y
lúdico tal cual la hemos recibido, entonces, nuestra curiosidad , nuestra fantasía,
nuestros conocimientos y nuestra energía serían otras de adultos y ni la ciencia ni las
empresas estarían hoy interesadas y desesperadas en buscar métodos para desarrollar la creatividad
como lo hacen actualmente.
Hoy, todo el mundo tiene la
obligación de ser creativo, en el lugar de estudio, en el lugar de trabajo y en
el tiempo libre. Cuatro décadas más tarde, podemos decir que Beuys tuvo razón
al afirmar que todos somos artistas. Hoy todos quieren ser, si bien no
geniales, al menos creativos, un montón de „artistas“ enfrascados
irremediablemente y sin pausa en el tedioso objetivo de que algo se les ocurra.
Hay serias fallas en la educación que deberían modificarse, desde la casa hasta la universidad.
En cuanto a la formación en arte, y la falta de ocurrencias obvias y mayoritarias, el problema radica en que las universidades y escuelas de arte, cuentan con poquísimos artistas en su plantel docente y sobre todo las universidades de formación artística, con programas de estudio que aunque aseguran haber sido renovados, los cambios que experimentan siguen encuadrándose en el mismo sistema, plan y objetivos educativos que han dejado de funcionar hace décadas. Esa forma establecida hace que hoy, encontremos una amplia mayoría de docentes y profesores de arte, que sólo logran y lograrán formar más docentes y profesores de arte y así sucesivamente, que a su vez, formarán más y más docentes y profesores de arte. Pero...y los artistas?...
Cuántos estudiantes logran hacer carrera en arte una vez obtenido el diploma?...
Resulta además demasiado significativo por ejemplo (y es sólo un ejemplo), que alumnos universitarios de algunos establecimientos de la cátedra de escenografía, pasen años haciendo entregas de láminas con dibujo de planos con lapiceras Rotring, (técnica que no les servirá ni para ampliar la cocina de su futura casa), y desarrollen conceptos de espacio y vestuario para obras predeterminadas, sin la menor idea ni ayuda sobre el concepto de puesta que deben imaginar por sí solos con experiencia cero, cayendo indefectiblemente en un producto ilustrativo y didáctico, capaz de destrozar de cuajo la obra y todo personaje dramático que se mueva en ella. Otra barbaridad, que el arte contemporáneo no llegue a ser visto ni analizado profundamente durante los 5 o 6 años de carrera. Y etc., etc., etc..
Cómo es posible que los futuros críticos de arte, sólo vean historia del arte? Eso hace que todavía hoy se critique una obra con pensamientos a veces obsoletos, que según el grado de popularidad del crítico, influyen en la imposibilidad de evolucionar en este campo.
Creemos que así como están las cosas, si el objetivo es ser artista o crítico de arte, es necesario también acudir a los atelieres o estudios de artistas, ver obra en general y ver obra y ver obra y ver obra y analizarla y discutirla (aprovechando también que CABA y alrededores están al alcance de la mano). La teoría, es posible adquirirla y perfeccionarla de esta misma forma, fuera de que finalizando 2012, la globalización y la web, te la llevan a tu casa, sin necesidad de soportar el Powerpoint académico, idéntico a las fotocopias que vas acumulando. Sólo hacen falta esfuerzo, constancia y disciplina.
Pero si querés ser únicamente profesor de arte, lo académico te espera y además, es más fácil.