En nuestro debate sobre el arte y
la dictadura hay ciertas figura, como Fermin Fevre, asesor en materia de
Cultura de Jorge Rafael Videla, a quien me referi ayer, y Jorge Lopez
Anaya a quien me voy a referir hoy, que son una suerte de comodines en
el reducido panorama de la construccion del canon artistico Argentino
desde la epoca de la dictadura. Por supuesto, la permanencia de muchas
de estas figuras en cargos oficiales o quasi-oficiales ocurrio con el
acuerdo de los gestores culturales de la Union Civica Radical durante el
gobierno de Alfonsin. Luego, en tiempos de Menem, muchas de estas
figuras fueron reivindicadas. Si bien, el Kirchnerismo los excluyo de
cuajo por razones ideologicas, tambienb es cierto que mucho no tuvo que
hacer porque ya octogenarios se acercaban al final de sus vidas.
En un seminal articulo intitulado ‘La educacion artistica y la politica cultural durante la ultima dictadura militar’ (2010), Laura Graciela Rodriguez pone su atencion en la intervencion (excepcionalmente exceptional en la Secretaria de Cultura de la Provincia de Buenos Aires en tiempos de Videla) que encabezara Lopez Anaya quien fuera, nada menos que el padre de la critica argentina de la decada del 90, y que me parece fundamental si se quiere entender los procesos mentales y de formacion de figuras como Laura Batkis, Adriana Lauria y Marcelo Pacheco. Estas tres figuras, apadrinados por Lopez Anaya, han conformado el gusto del coleccionismo joven (en el caso de Batkis), del documentacionismo autorreferncial (en el caso de Lauria) y el MALBA (en el caso de Marcelo Pacheco), respectivamente. Lopez Anaya, un formalista por definicion con aspiraciones semioticas no demasiado sofisticadas, escribio la que puede considerarse la unica Historia del Arte Argentino contemporaneo por lo que el aporte de Laura Graciela Rodriguez resulta de fundamental importancia. Yo no tengo aqui ese libro pero seria interesante comenzar a hacer un poco de historiografia de la historia del arte argentino.
Aguila Bicefala
La agresividad de Fermin Fevre para con Marcia Schvartz, con motivo de la muestra colectiva de Maccio en la Galeria del Buen Ayre es sintomatica porque yo conoci a Fevre al principio de lo que podriamos llamar mi carrera politica (que termino en la Subsecretaria de Cultura de la Nacion) y conmigo se comporto de manera diametralmente opuesta. Quiere decir que Fevre adecuada su discurso al nivel de poder que percibia frente de si. Fevre, en pocas de Menem y con Amalia Lacroze de Fortabat a la cabeza y Guillermo Alonso (saliente Director del Bellas Artes) como Director Ejecutivo, tuvo el cargo que hoy ostenta Fernando Farina como miembro del directorio. Lo que llama poderosamente la atencion la similitud en la metodologia de ‘gestion cultural’ tanto en lo que podriamos llamar, el Rosarinismo militante a la Fernando Farina, el ‘colaboracionismo boludo’ de Fevre y el colaboracionismo ‘quiza menos boludo y mas ideologico’ de la figura que quiero analizar hoy. Me refiero a Jorge Lopez Anaya quien fue interventor de la Direccion de Educacion Artistica en tiempos de Videla.
La Educacion Sentimental y Artistica en Tiempos de Videla
La agresividad de Fermin Fevre para con Marcia Schvartz, con motivo de la muestra colectiva de Maccio en la Galeria del Buen Ayre es sintomatica porque yo conoci a Fevre al principio de lo que podriamos llamar mi carrera politica (que termino en la Subsecretaria de Cultura de la Nacion) y conmigo se comporto de manera diametralmente opuesta. Quiere decir que Fevre adecuada su discurso al nivel de poder que percibia frente de si. Fevre, en pocas de Menem y con Amalia Lacroze de Fortabat a la cabeza y Guillermo Alonso (saliente Director del Bellas Artes) como Director Ejecutivo, tuvo el cargo que hoy ostenta Fernando Farina como miembro del directorio. Lo que llama poderosamente la atencion la similitud en la metodologia de ‘gestion cultural’ tanto en lo que podriamos llamar, el Rosarinismo militante a la Fernando Farina, el ‘colaboracionismo boludo’ de Fevre y el colaboracionismo ‘quiza menos boludo y mas ideologico’ de la figura que quiero analizar hoy. Me refiero a Jorge Lopez Anaya quien fue interventor de la Direccion de Educacion Artistica en tiempos de Videla.
La Educacion Sentimental y Artistica en Tiempos de Videla
En un seminal articulo intitulado ‘La educacion artistica y la politica cultural durante la ultima dictadura militar’ (2010), Laura Graciela Rodriguez pone su atencion en la intervencion (excepcionalmente exceptional en la Secretaria de Cultura de la Provincia de Buenos Aires en tiempos de Videla) que encabezara Lopez Anaya quien fuera, nada menos que el padre de la critica argentina de la decada del 90, y que me parece fundamental si se quiere entender los procesos mentales y de formacion de figuras como Laura Batkis, Adriana Lauria y Marcelo Pacheco. Estas tres figuras, apadrinados por Lopez Anaya, han conformado el gusto del coleccionismo joven (en el caso de Batkis), del documentacionismo autorreferncial (en el caso de Lauria) y el MALBA (en el caso de Marcelo Pacheco), respectivamente. Lopez Anaya, un formalista por definicion con aspiraciones semioticas no demasiado sofisticadas, escribio la que puede considerarse la unica Historia del Arte Argentino contemporaneo por lo que el aporte de Laura Graciela Rodriguez resulta de fundamental importancia. Yo no tengo aqui ese libro pero seria interesante comenzar a hacer un poco de historiografia de la historia del arte argentino.
Segun Laura Rodriguez:
‘Dentro del Ministerio, de las diez
Direcciones docentes, la única que resultó intervenida fue la de
Enseñanza Artística en tiempos de Videla. Esta situación no se debía
tanto al hecho de que existieran efectivamente más "marxistas" que en
las otras, sino más bien al clima de ideas predominante de los años de
1960 y 1970 que vinculaba cualquier actividad artística o cultural con
la "subversión".
El ministro Solari designó a
Jorge Iván López Anaya para que realizara las tareas de "normalización".
Un tiempo después, a López Anaya se lo nombró para que pusiera "orden"
en dos lugares considerados claves y dependientes de la Subsecretaría de
Cultura: la Dirección de Bibliotecas y la Biblioteca Pública Central.
López Anaya también trabajaba en
la Universidad Nacional de La Plata. Fue secretario de Extensión
Cultural y Difusión del Rectorado y a principios de 1978 fue nombrado
decano de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Nacional de La
Plata. Esa facultad tuvo varias carreras de grado cerradas. En nombre de
la "reorganización" de la Universidad en diciembre de 1976 se ordenó la
clausura de (entre otras) Cinematografía y Pintura Mural.
Durante los primeros años, López
Anaya ordenó intervenir, con diferentes excusas, varios
establecimientos ubicados en distintos municipios de la provincia y a
alejar a los docentes vinculados a ellos. En la mayoría de los casos las
escuelas estuvieron clausuradas un tiempo, los docentes cuestionados
fueron apartados de sus cargos y luego volvían a abrirse. Los
funcionarios aprobaban con frecuencia un conjunto de disposiciones que
daba "de baja" por la ley de Prescindibilidad y/o se ordenaban
instrucciones de sumarios a docentes que podían o no estar relacionados
con esos establecimientos intervenidos. Por ejemplo, en 1976 se "dio de
baja" a una docente de la Escuela de Danzas clásicas de La Plata por
"denuncias anónimas formuladas a la inspección por padres del
establecimiento".
Dado que quedaron cientos de
cargos disponibles por la política "de bajas", se organizaron con
frecuencia "concursos de oposición y méritos" para cubrir las vacantes
que quedaron en las escuelas y en las orquestas, coros y cuerpos de
baile dependientes de Cultura. Al igual que en otras dependencias, los
funcionarios dictatoriales buscaron "renovar" las plantas de empleados
con personas que estaban supuestamente alejadas del "marxismo". En
general, los candidatos estaban relacionados con dichos funcionarios y a
través de los concursos buscaron que los nuevos nombramientos
parecieran más "transparentes".
Por otra parte, el ministro
pretendía controlar y sancionar a los docentes de todas las escuelas -
no sólo las artísticas- que utilizaban libros que ellos habían
prohibido. En un principio, la Dirección de Bibliotecas pertenecía a la
Subsecretaría de Cultura y como ésta se fue quedando sin financiamiento,
en noviembre de 1979 se la pasó a la Subsecretaría de Educación.
Cuando aún dependía de Cultura,
en mayo de 1979 se sancionó la Ley N 9.319, que estructuraba el "sistema
provincial de Bibliotecas". Lo novedoso de la norma era que advertía
que los bibliotecarios podían perder la personería jurídica en el caso
de alentar contra los valores que hacían al "sentimiento nacional y
nuestra esencia occidental cristiana", o desarrollar actividades
"totalmente ajenas a la misión específica de la biblioteca".
Es altamente probable que los
funcionarios de la Subsecretaría de Cultura hayan tenido el propósito de
vigilar, a través del Plan de Asistencia Técnica, a los docentes que
contrataron en los distintos municipios y que trabajaban en los cursos.
Recordemos que estos profesionales también estaban vinculados a las
escuelas artísticas de sus localidades y que en el Plan se habían
comprometido los jefes comunales. No habría que descartar la existencia
de reuniones frecuentes entre Carcavallo, de Cultura y Lopez Anaya, de
Artística, con el objetivo de intercambiar información’.
El Platense y Yo
Esto es revelador porque permite entender un modo de construir la historia de arte argentino y el valor casi exagerado que Lopez Anaya le da al movimiento informalista como los que realmente importaron ya que ‘no se metieron con nadie’. Por su parte, la labor de Lopez Anaya en la Universidad de la Plata incluyo la ‘expulsion’ de figuras como Juan Carlos Romero, Nestor Garcia Canclini, Saulo Benavente y cuarenta mas. En 1977 Lopez Anaya fue Secretario de Extension Cultural y Difusion de la Universidad ‘AD HONOREM’. El caracter honorifico de su cargo lo hace mucho mas grave porque como dice la palabra lo constituye en un ‘honor’.
Esto es revelador porque permite entender un modo de construir la historia de arte argentino y el valor casi exagerado que Lopez Anaya le da al movimiento informalista como los que realmente importaron ya que ‘no se metieron con nadie’. Por su parte, la labor de Lopez Anaya en la Universidad de la Plata incluyo la ‘expulsion’ de figuras como Juan Carlos Romero, Nestor Garcia Canclini, Saulo Benavente y cuarenta mas. En 1977 Lopez Anaya fue Secretario de Extension Cultural y Difusion de la Universidad ‘AD HONOREM’. El caracter honorifico de su cargo lo hace mucho mas grave porque como dice la palabra lo constituye en un ‘honor’.
Posted by rodrigo canete