lunes, 17 de septiembre de 2012

15 minutos de gloria

 
 
The Factory, el estudio de Andy Warhol
 






Más de 25 años después, la incisiva frase de Andy Warhol: " In the future, everyone will be famous for fifteen minutes" ("En el futuro todo el mundo será famoso durante 15 minutos"), dejó de ser vaticinio para convertirse en una realidad apabullante y nunca antes aglutinó a tantos adeptos como hoy representan los adictos al incentivo mediático de la fama y la carrera por ella. 
En nuestro tiempo, todos podemos hacer o ser parte de un espectáculo. Pero eso no tiene que ver ni con igualdad ni con democracia.
Desde los 90s y como nunca antes, los medios hicieron un giro en su metodología y comenzaron a apostar en las emociones de la gente, ya no como un interés en la vida del prójimo sino desde el lenguaje de la sátira, cuyo único objeto es censurar sin contemplaciones o poner en ridículo a alguien o algo. En esa apuesta, el consumidor mediático y los mismos medios, ya dejaron y siguen dejando un montón de víctimas, porque el pasatismo, la vanalidad, la pereza y la pertenencia a una determinada escena, son los valores absolutos que desde ese lugar gobiernan nuestros días, y además, para qué negarlo, la payasada divierte fácil y sin demasiado trabajo.
Hace tiempo que el pasatismo y la adrenalina del  exhibicionismo se han convertido en el parámetro del éxito artístico.


La sociedad hoy es espectáculo. Y un espectáculo es una diversión pública, aunque curiosamente, el diccionario lo describe como una acción que causa escándalo y gran extrañeza. Eso, sobre todo, una gran extrañeza.
El show como único contenido, mientras el resto de la masa, estamos siendo educados como un rebaño de voyeurs y por lo tanto, sólo exigimos que se nos muestren personajes que transformamos en ganadores o perdedores y en este desenfrenado ir y venir de la Nada, lo privado invade todo y nosotros asentimos y queremos más. Queremos más?...
El objetivo es producir una puesta de sí mismos, esencialmente con el fin de generar un impacto social que afecte la impresión que causamos en los otros individuos y obtener cierto prestigio entre ellos.  Ser sólo personajes, la obra, no importa.
A veces sorprende ver en fb, la enormidad de idilios privados, felicidades amorosas o genéticas, familias ejemplares, pensamientos nobles y frases célebres en recuadritos con las que se trata de convencer a la opinión pública de lo fantásticos que somos y lo ejemplarizante de nuestros actos y propósitos.
Lamentablemente, el autorretrato desprendido del arte sólo muestra vanalidad y egocentrismo.
Volviendo a Warhol, el POP consitía en la implementación de imágenes  populares surgidas a partir de los medios de comunicación, trabajándolas como antagonismo a lo establecido académicamente y a lo elitista de la cultura existente en los años 50s (fundamentalmente en USA), valiéndose para eso de la realidad, la ironía y la parodia  como forma de enfrentar a los fuertes métodos mediáticos y manipuladores que estaban afectando los patrones de  vida bajo pretexto de mejorar con ello la calidad social  
Evidentemente, un cuarto de siglo más tarde, el come back de este movimiento no funciona cuando se lo quiere desprender de esa conciencia, repetir sin apuntar a un objetivo, hacer por hacer, pero fundamentalmente, cuando se lo limita y minimiza a un festejo vaya a saber de qué.