Norman Bates/Anthony Perkins o viceversa
El siguiente post reproduce una nota que Frank Hartmann, filósofo austríaco contemporáneo, autor del libro "Medienphilosophie" (Filosofía de los medios *), diera a la revista Der Spiegel en octubre de 2010.
“La televisión es la
inspiración” (Andy Warhol).
Las redes sociales y en especial fb, representan la meca de la autorrepresentación
para aquellos que no son figuras públicas. Con fotografías estilizadas y
palabras hilvanadas sin sentido, nos creemos irresistibles y convencidos de que
el resto del mundo tiene interés en nuestra microscópica existencia. Online
somos de pronto mucho más inteligentes, lindos y excitantes.Nuestra identidad
es hoy más virtual que nunca. Ponemos nuestros deseos y anhelos en un motor de
búsqueda con el objetivo claro de obtener reconocimiento y somos celosos y
envidiosos de la vida de los demás. Nuestras propias denuncias, sueños y
temores que colgamos todos los días en la web, son la forma de reinventarnos a
diario y la puerta a evadir el tedio propio. A cambio, recibimos constantemente
estímulo de la red. Los límites entre lo real y lo
virtual están disueltos. Nuestras pistas están ya en todas partes y al alcance de todos, espejándonos ante los ojos cuán patética y esquizofrénica es nuestra adicción a los medios de comunicación social.
Quien siempre ha querido hacerse una imagen de la vida interior de un
nosocomio, necesariamente debiera tener una cuenta en fb. Obviamente, en fb no
hay más delirantes que en la vida real, pero resulta que en esta red social
parecieran habitar todos ellos en jauría porque fb los hace más visibles e identificables.
Sin embargo, aquellos que toman literalmente la pregunta “qué estás pensando?” y
suben frases célebres o ejemplarizantes o quienes fotografían el almuerzo, o su gato o confunden la red con la costumbre de llevar un diario,
esos son los menos y no tienen nada que ver con un caso de diván, amén de que su
striptease es voluntario.
Fb, más bien está poblado por esos individuos que a
falta de una vida privada rica y agradecidos de las múltiples posibilidades de
posicionamiento personal que les ofrecen las redes sociales, compensan allí sus
propios complejos y contradicciones a todo precio y siempre dispuestos a tirar cualquier
atisbo de razón por la borda. El auténtico y clásico “fb-Psico” deambula entre Dr.
Jekill y Mr. Hyde, dos personalidades antagónicas que pone en juego adictivamente según le convenga, a veces incluso a través de varias identidades como
elemento imprescindible para publicar sus monólogos en forma de un disimulado
diálogo consigo mismos del que sin lugar a dudas tendrán la garantía de salir
airosos. Verdaderos soldados cibernéticos en combate, capaces de mostrarse
ejemplares en un post, simpáticos, sensibles o altruístas en otro, sorprenden en
uno siguiente borrando con el codo lo que vienen tecleando a cuatro vientos. Por
lo general no apuntan al diálogo o al intercambio, sino lisa y llanamente al
detrimento del opuesto, lo que va desde un “si pensás tal cosa o estás de
acuerdo con tal otra, copiá mi post”, (sutil discriminación), hasta ignorarle el resto de sus más elementales derechos con el
único objetivo del autoelogio y la popularidad face. Parientes, amigos y amigos de amigos son el enemigo, pero de alguna forma no quieren dejar de pertenecer. El único objetivo es
celebrarse a sí mismos. El blanco es todo aquél que pueda poner su dicotomía en evidencia,
contradecirlos y en definitiva, devolverles su imagen real. El fin justifica los
medios para aniquilar al estorbo. Así, envalentonados siempre desde la
impersonalidad y distancia de una pantalla y el aplauso de al menos un ME
GUSTA, terminan convencidos de que el resto del mundo está interesadísimo en su
inexistencia y de poseer una importancia mediática sin precedentes. En esta inagotable tarea, adoptan
patéticas estrategias de autoayuda cuando desde su
delirio de “nadies en desconsuelo” se creen llamados a enviar su solidaridad a
víctimas de hechos climáticos, accidentes aéreos, catástrofes múltiples o simplemente escribir cartas abiertas o respuestas
públicas a un determinado grupo o sujeto al que curiosamente nunca se las
envían o manifiestan directamente, sino en forma masiva a través de su cuenta.
La comunicación no es precisamente el objetivo de fb y mucho menos el de estos
usuarios, sólo se trata de un realitydecadente, embrabuconado tras la adhesión
de adeptos que les otorgan la definición de sí que están buscando. Necesitamos
del otro para ver nuestra imagen reflejada en el espejo?.
Claro, si en el mundo siempre hay guerra, y lo mediático y escandaloso
resulta hoy mucho más potente que la sensatez, entonces, por qué no también en
fb? El problema es que aquí la división entre realidad y ficción se queda
invariablemente corta. Los miembros no se ven a sí mismos como simples usuarios
de fb, sino como valientes soldados cibernéticos, los reconforta sentirse parte
de una inexistente unidad de combate en estado de alerta permanente, desarrollando
una cruzada sin descanso contra todo aquello que los interroga. El ex, el cuñado, la vecina,
el colega, el jefe, el político, la fé o el equipo de fútbol, cualquier
diferencia basta para desatar un acoso de paleta amplia, desde la simple
descalificación, la injuria o el improperio, llegando al acoso
laboral, la violación de la privacidad, la discriminación de género o lo que
venga. Todo es obviamente válido, aún cuando el “Fb-Psico” suela manifestarse
contrario a todos estos atropellos y exija para sí aquello que le niega a su
oponente de turno.
Fb es y permanecerá un panóptico en el que cada uno busca la aprobación
del otro. Tarde o temprano todos encuentran su lugar, pero a la larga o a la corta
muchos terminan creyéndolo la vida real.
Esto resulta evidente cuando personas adultas pasan a considerar
amistades o alejamientos una cuestión de Estado y al mismo tiempo uno de ellos
tiene la posibilidad de armarse una segunda vida como artista aún sin obra.
Naturalmente, es una decisión de cada uno si en su tiempo libre o no
libre riega las plantas del balcón, hace cerámica, practica deportes o desarrolla su propio
freakshow en fb.
Sobre esto último, en principio no hay nada que objetar. Al
contrario, se podría decir que para quienes aún tienen los pies sobre la tierra, fb
concede una imagen única de los abismos de la psiquis humana, lo que sin
lugar a dudas representa un enriquecimiento a nuestro conocimiento del mundo en
que vivimos. Freud podría haber dicho: “ Fb te permite interactuar con los
psicópatas fuera de tu mundo y hasta convertirte en
uno de ellos”.
* A principios de los años 90s, hizo su aparición el término "Filosofía de los medios". Se lo emplea para definir el debate genuinamente filosófico que desde un enfoque cultural y político tiene que ver con los acontecimientos de las diversas tecnologías de procesamiento de información (incluyendo audiovisuales y digitales) desde mediados del siglo XX.